lunes, 21 de abril de 2014

Vacaciones bucólicas de primavera

Esta Semana Santa he decidido hacer una larga visita a mis abuelitos, en su casa de la montaña. No todos los años puedo hacerlo, así que  aproveché para quedarme tres días en el campo y disfrutar de lo que más me gusta en esta vida, la naturaleza.
Sea porque desde que tenía meses mi abuela me cuidaba los largos veranos en su casa de campo, o porque encuentro en la montaña un refugio espiritual, la verdad es que cuando estoy en plena naturaleza no quiero saber nada de problemas, ni de alimentos calóricos y tampoco de moda. Sólo me interesa disfrutar cada instante y recordar mi cálida niñez en los ya transformados recuerdos de mi memoria.
A continuación, voy a mostrar una serie de fotos que representan mi Semana Santa de este año.


El pueblo donde mis abuelos veranean se llama Maçanet, un pueblito de la provincia de Gerona, en la comarca de la Selva, de no más de 3500 habitantes. Esta zona es inmensamente húmeda incluso ya entrado el buen tiempo, muy poblada de vegetación y zonas boscosas, supongo que de ahí viene el nombre de la Selva.



En el centro del pueblo encontramos la sencilla iglesia donde a su alrededor, se han ido extendiendo notablemente las casas, desde los años 80 hasta ahora.


Aquí muestro las vistas que suele haber desde cualquier punto alto de la urbanización. En este caso, son del pueblo de al lado, al fondo podemos ver el castillo de Hostalric.


Mi abuela es manchega, gran cocinera de origen. Sus platos sencillos y contundentes me vuelven loca. Siempre los acompaña con unas olivitas. Me encanta que me haga arroz con pollo o con pescado. Buenísimo!!

Y de postre panecicos!!! Éste es un dulce característico de la Semana Santa de Hellín (Albacete), todos los años, mi abuela los hace en esta época. Son como unos buñuelos fritos y posteriormente hervidos en una salsa de caramelo, naranja y canela que es altamente sabrosa y de perfumado sabor. Estos buñuelos son jugosos y es preferible dejarlos macerar en la nevera 1 día. Se consumen fresquitos.
Mi querida yaya es de esas mujeres de pueblo que están todo el día metidas en la cocina, a veces me sabe mal y pienso que debería descansar, pero ella es feliz de ese modo y mientras el cuerpo le aguante, prefiere mantenerse activa. Para merendar, toca coca de piñones, el típico bizcocho casero, que no se por qué, a ella le sale más rico que a mi.


Mis abuelos se distraen con su corral de gallinas. Éstas les ponen huevos orgánicos buenísimos, ya que picotean libremente y no se alimentan de pienso, sino de maíz, trigo, pan y verduras. A Daphne le encanta meterse en el gallinero para buscar huevos.
Como en los buenos corrales, hay un gallo precioso que mide casi un metro, adoro que por las mañanas me despierte su canto.
Mi yaya tiene algunos objetos antiguos típicos de pueblo que me gustan mucho. Como la silla que muestro en la imagen. Estas cosas auténticas son las que más valoro. A veces, pienso en la cantidad de cosas que habrá tirado mi abuelita, pensándose que como tenían muchos años, ya no valían para nada...


Después de tanta comida, toca un poquito de ejercicio, caminado por los húmedos campos del mes de abril. Si se tiene mucha suerte, se pueden ver ardillas incluso algún zorro!! Este pueblo es precioso en primavera porque está todo verde y lleno de energía. En verano se secan las flores de los campos y empieza el riesgo de incendio, pero de todos modos es bonito, ya que los atardeceres rojos y las chicharras cantando, típico del clima mediterráneo, hipnotizan.



Aunque me considero una urbanita, mi sueño es poder vivir algún día en el campo. Mientras camino por el monte, lleno el cestito de mi tatarabuela de plantas aromáticas que recolecto por el camino. En un próximo post haré una breve descripción de las plantas que encuentro y que usos les doy.


Uno de mis placeres en la montaña es ir descalza siempre que el tiempo me lo permita. Del mismo modo, mi hija a heredado las costumbres y las dos terminamos pisando las piedras y las hierbas que tan agradables nos parecen. El primer día, sientes un poco la incomodidad en los pies al pisar ciertas piedras puntiagudas, pero pronto se acostumbran. Caminar sin zapatos produce grandes beneficios al cuerpo, ya que es como una reflexología continua.


Mi visión romántica del campo me hace soñar e interesarme con cosas que suelen pasar desapercibidas por los demás. Resulta que en esta urbanización existen muchas casas abandonadas a su suerte. Los motivos pueden ser que los dueños murieran y los hijos hayan pasado de hacerse cargo del terreno. Una de las casas que me llama la atención es ésta. Lleva cerrada hace muchos años. Cuando era pequeña entraba a jugar al terreno, ya que disponía de columpios y una atalaya. Con el paso de los años los juegos, se han ido desintegrando, pero la casa sigue intacta, a la merced de la naturaleza. Es de una construcción poco típica en la zona, como alemana, y los dueños debían tener dinero, ya que el terreno estaba dispuesto de todos los artilugios de recreo que puede desear un niño, como mesas de ping-pong, piscina, solárium, mercedoras gigantes y una atalaya de madera real que podías subirte y esconderte la cual ha desaparecido.
Como dato curioso, en el garaje todavía hay un Mercedes antiguo y polvoriento de los años 70-80.
No se si influenciada desde que era niña por este tipo de construcciones o porque deseo tener un hogar así, pero en mis sueños siempre aparecen casas lúgubres y fantasmagóricas que me fascinan.


En mi casa misteriosa favorita me hice unas fotos mostrando mi look de ese día. Mis zapatos oxford color camel son mi amuleto de cada día. Cada vez están más viejitos, los pobres, pero los adoro, me siento tan cómoda con ellos que siempre deseo que llegue el entretiempo para colocármelos.
El vestido vintage de USA lo compre de segunda mando, junto con otro, en Etsy. He de decir que me salió gratis. La chica que me lo vendió descubrió que estaba roto y decidió solo cobrarme uno.
El bolso, también es de segunda mano de la marca FENDI, años 70. Comprar en Etsy es una maravilla, puedes encontrar joyas por 4 euros.


Espero poder mostrar más a menudo mis looks, a modo de inspiración, para quien le guste vestir como yo. La falta de tiempo no me permite hacerlo todo lo que yo quisiera, pero si tengo pensado navegar por Etsy y hacer una composición con las cosas interesantes que encuentre a la venta.
He disfrutado mucho estos días, me he relajado, he engordado con las suculentas comidas de mi yayita, he respirado aire puro, he recolectado mis hierbas y en general lo he pasado genial. Ojalá otro año pueda repetir y mi familia y yo nos deleitemos con la compañía del campo.




















6 comentarios:

  1. Que semana santa mas bonita has pasado! El entorno es de ensueño!! Se nota que disfrutas muchisimo y no me extraña, se repira un ambiente relajado y feliz!!
    Saludos!
    Nika

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  2. Nos ha encantado compartir, a través de tus fotos, las especiales vacaciones que has pasado en casa de tus abuelos. Son unas fotos preciosas las que nos muestras, en las que se transmite la felicidad de esos momentos. ¡Gracias por compartir!

    Besos de las dos

    J&Y

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    1. De eso se trata!!! Me alegro que os guste!!! Gracias por comentar!!! **

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  3. Didi se nota que te lo has pasado fantásticamente bien!
    Esa casa nos encanta,que romántica y misteriosa y estás estupenda con ese vestido vintage!
    Besos

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    1. Muchas gracias!!!! A que es una casa super bonita??? No es sólo impresión mía verdad?? :D Besitos!!

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♥♥ Adoro vuestros comentarios, muchas gracias ♥♥

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