Una sencilla Navidad

Llegó la primera Navidad al blog!! No soy una persona que represente estas fiestas, pero cuando se tienen niños, no se puede evitar regresar a la infancia y volver a disfrutar de las antiguas tradiciones.

De todos modos en mi familia nunca ha habido un ambiente muy Navideño. Provengo de una casta de gustos muy prácticos y sencillos. Si tengo que dar alguna simbología iconográfica a estas fechas, me quedo con la imagen de mi abuela y su maravilloso caldo de Navidad, con sus correspondientes canelones que hacen que cualquier persona dudosa de pasarse al veganismo pueda hacerlo esperar un poquito más.

Por mi sencilla opinión sobre estas fiestas he decidido diseñar una composición Navideña igual de tímida.
De niña, siempre me llamaba la atención las cenas Navideñas ajenas, tanto de conocidos como en las imágenes de películas. Me sorprendía la cantidad de oro, rojo y verde que emanaba de cualquier rincón del hogar. Mesas abarrotadas de alimentos poco dietéticos y muy adecuados para el frío de la época me hacían pensar(y me hacen) que mucha gente no tiene para comer ni en Navidad y que también los hay que se sienten muy solos y sin familia.

 

Por sensibilizarme con las personas más humildes, he decidido montar una mesa muy natural, casual y como no! Enmarcada por la naturaleza.

El punto central de atención, una gran tarta blanca de fondant.

En lugar de utilizar una mesa como soporte he utilizado mis queridas cajas de frutas recicladas, que consigo en una frutería, de confianza, cerca de mi casa. Al principio sentía un poco de vergüenza al pedir permiso para coger las cajas de frutas que tenían en la entrada. Me daba la impresión que pensarían que el trastorno del síndrome de Diógenes se habría apoderado de mí. Pero con el tiempo, ya me conocen y me dejan servirme con mayor naturalidad y discreción.

Para acompañar a la tarta he añadido unas veganas y orgánicas galletas de avena. En esta ocasión, voy a reservarme la receta para más adelante, ya que pienso poner una sección vegana en el blog. Estoy entusiasmada con la repostería sin derivados animales, ya que me aporta todo lo que el resto de repostería no hace: menos calorías, más vitaminas, minerales y más salud.

Sólo decir, que estoy contenta con el resultado. Como mi opinión tampoco cuenta mucho, porque puede estar adulterada por mis ganas de crear cosas maravillosas, siempre hago un pequeño test, el cual trata de que mi hombre lleve este material galletero a su trabajo. Si se termina en dos horas, es que todo va bien :D

Me apetecía hacer una tarta de fondant blanca de 3 pisos, sin ningún tipo de relleno más que el bizcocho. Mi intención no era comerme este coloso, sino hacer una especie de maniquí para la foto. La decoré con una cinta roja, muy adecuada para la época y un simpático reno de madera que compré en Delipapel.

Para terminar mi afable mesa navideña, en este caso, si voy a dar la receta de estas maravillosas magdalenas francesas.

La receta no es mía, sino de la cajita de gasificante EL TIGRE que el otro día compré en un súper para la elaboración de unos cupcakes red velvet.

Para l@s que no saben de que producto estoy hablando a continuación pongo una foto:

Me ha hecho mucha ilusión comprar esta gaseosa en polvo, que ya en los años 80, cuando yo rondaba los 6 u 8 años, mi bisabuela lo utilizaba para prepararse bebidas espirituosas y sobre todo, para la elaboración de toda clase de bizcochos y magdalenas.

Como se muestra en la foto, el producto venía con dos sobrecitos. No soy muy entendida en química, pero supongo que uno sería ácido y otro alcalino. Mi mayor curiosidad se centraba cuando mi bisabuela vertía estos dos productos en una botella de agua y se producía una reacción química en la cual había que tener cuidado, en tapar el tapón de la botella, para que no saliera disparada aquella neutralización gaseosa.

Volviendo a las magdalenas resultan muy fáciles de hacer y su intenso sabor a anís, me hace de nuevo regresar al pasado. La yaya Pepa, elaboraba sus postres de anís con El Tigre. Y recuerdo que también me dio a probar un lingotazo de este licor del mono mientras preparaba una de sus enigmáticas cocas caseras.

No olvidaré ese momento❤

Por todo esto y mucho más, este producto tan vintage, merecía un homenaje en mi blog.

Magdalenas francesas

Ingredientes:

250g de mantequilla

250g de azúcar

250g de harina

3 huevos

1/2 copa de anís

1 sobre doble de gasificante "el Tigre"

rayadura de limón

Azúcar glasé 

 

En un recipiente se ponen los huevos, el azúcar y la rayadura de limón. Se bate todo junto durante unos minutos hasta conseguir una crema muy espumosa. Se agrega el anís, se remueve y se añade la mantequilla y por último la harina mezclada con el gasificante.

Esta masa se vierte en los moldes para magdalenas, sin rellenarlos mucho. Se cuecen en el horno a temperatura fuerte hasta que suban y estén doradas. Ya cocinadas se espolvorean con azúcar glasé. 

Os animo a probar y a experimentar diferentes dulces, ahora que estamos en una época ideal para poder perder un poquito la figura.

Espero que os haya interesado el post de hoy, ando muy liada con diversos temas  pero intento ser constante con la puntualidad de las publicaciones.

Así que a partir de hoy, doy por inaugurada la Navidad en Milady's pretty tables, hasta la semana que viene!!!

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